Hoy hace un año que comenzamos a articular la palabra (de Dino Lanti) con la imagen (de Daniel Montero Galán), como dos maxilares que no sólo buscan hincarle el diente a la realidad, sino también reírse a mandíbula batiente.
Ambos deseábamos explorar nuevos
caminos y decidimos hacerlo juntos. Desde entonces, no hemos dejado de
trabajar separados, uno en Madrid, el otro en Barcelona, unidos por
el mismo deseo de disfrutar pensando.
Los escritores y los dibujantes se parecen a los niños en que su máxima aspiración es aprender a andar con las manos. En nuestro caso, la felicidad es doble, pues hace un año que aprendimos a hacerlo a cuatro manos. Lo conmemoramos con un sexteto de viñetas sobre el ciclo de nuestra vida y esperemos que tarde mucho en hacerse corta.
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